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Visita de Jóvenes Nucleares a la C.N Almaraz

¿A quién no le gustan las visitas y más si es con amigos que comparten las mismas inquietudes? Siempre es un privilegio visitar una central nuclear y no sólo por ser el objeto último de los trabajos de todos nosotros sino por la amabilidad y trato que las plantas españolas ponen en sus visitas.

En casi dos horas para los que viajábamos desde Madrid y unas cuantas más para los que lo hacían desde Valencia o Tarragona, llegamos a la planta un grupo de 22 jóvenes. Allí nos esperaban Jesús Bote, Borja Rosell, Nicolás Guillén y Juan Manuel Cambas que nos presentaron las características originales y las mejoras aplicadas en los últimos años a las dos unidades. Es admirable comprobar cómo en las estadísticas que realiza WANO (World Association of Nuclear Operators), los dos reactores de Almaraz se encuentran entre los mejores valorados entre las plantas nucleares europeas y mundiales por sus factores de disponibilidad, exposición colectiva o parámetros químicos, entre otros.
Pocos días antes de nuestra visita la unidad 2 había recibido la valoración positiva final del CSN para iniciar el aumento de potencia térmica a su nuevo máximo nominal de 2947 MWt. Al igual que sucedió con el reactor 1, se han sustituido los MSR (separadores de humedad y recalentadores), renovado los transformadores, el alternador, y otros equipos importantes, que han logrado incrementar la potencia eléctrica en 61 MWe . Casi en cada monitor informativo de la central se recordaba este hecho histórico del reactor 2.

Desde que llegamos al centro de información hasta nuestra salida de la planta, las recomendaciones sobre la prevención de incidentes se ven en cada esquina. Objetivo: 0 incidentes. “La seguridad es una labor de todos” es la máxima que se fijan allí a diario. No basta con ser cuidadosos, hay que ser precavidos. Durante nuestra visita fuimos testigos de las recomendaciones de uso del casco y tapones para los oídos en la sala de turbinas, o agarrarse a las barandillas al subir o bajar escaleras metálicas con gran pendiente aunque parezca evitable. Todo es poco para lograr que la seguridad y normalidad sean la tónica general del día a día en la central.

Con esta visita hemos visto la eficiencia y seguridad con que se trabaja en la Central Nuclear de Almaraz con hechos como el aumento de potencia y las medidas de protección, respectivamente. Por ello queremos dar las gracias al personal de la planta que nos permitió conocer más de cerca el trabajo habitual que se lleva a cabo en una central nuclear española. Además queremos felicitar a todos los implicados en la consecución de los aumentos de potencia de ambas unidades porque demuestran la capacitación y el buen hacer del sector nuclear español.